"Soy pequeño y alargado, en dos conchas colocado, como no puedo nadar, me pego a las rocas del mar"
El mejillón es un gran molusco al alcance de todos. De bajo
precio, gran tradición culinaria, sobre todo en Galicia donde mayormente se
cultiva, y con mucho recetario.
Esta es una
de las recetas mas famosas y fáciles, a priori, de cocinar los mejillones, la
dificultad está en dar el punto justo de cocción o nuestros mejillones perderán
todas sus cualidades.
Es fácil
ver tapas a base de mejillones en nuestros bares, igual de fácil que
encontrarlos sobrecocidos, con texturas chiclosas y mermados su sabor.
Tuve
oportunidad, hace años, de visitar las bateas de cultivo en las mismísimas Rías
Baixas de Galicia y de comerlos allí mismo. Impresionante.
Ingredientes:
-
Mejillones
-
2 hojas de laurel
-
Vino blanco, fino, manzanilla, albariño….., o similar
-
Sal
Elaboración:
Limpiar muy
bien los mejillones de restos de pelos, barbas y adherencias de su cultivo.
Pasarlos bien bajo el agua del frío para retirar residuos.
Colocar los
mejillones en una olla, salar un poco, añadir dos hojas de laurel y un buen
chorrete de vino. En mi caso utilice un fino montilla-moriles.
Poner el
fuego al máximo y tapar la olla.
Pasados
unos minutos y comience a salir vapor, ir destapando de vez en cuando para controlar como se van
abriendo, pero procurar no abrir demasiado para evitar perdidas de temperatura
y vapor.
Remover un
par de veces para que todos se vayan abriendo por igual.
Una vez
abiertos contaremos entre 3 y 7 mt dependiendo del resultado que mas nos guste.
A mi no me gustan muy hechos, pues cuanto menos hechos más jugosos, aunque
tampoco nos interesan queden crudos. Por ello los dejo 3-4 minutos.
Ir sacándolos
conforme vayan cumpliendo su tiempo de cocción.
Retirar la
concha que queda vacía.
Otra cuestión.
Si queremos que queden un poco secos, sin mucho liquido o húmedos, colocar un
paño seco por encima y reservar. Por el contrario, si los queremos con mas
humedad o jugo en el mejillón, colocar un paño húmedo por encima. De las dos
formas quedan igual de bien.
Una vez
templados o un poco calientes, estarán en su punto óptimo.
Servir.
Notas:
Como habéis
podido ver, hay algunos detalles de los cuales depende tener unos mejillones al
vapor de categoría o por el contrario una buena comida para nuestro gato.
La
temperatura óptima de consumo es templado o un poco calientes, si es que los vamos
a comer recién hechos. Si los vamos a comer con posterioridad, es inevitable
comerlos fríos, pues los tendremos que refrigerar para su conservación.
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