La
historia del Café Vienés se remonta al año 1683. Cuenta la leyenda
que las tropas cristianas apoyadas por soldados del sur de Alemania y de
Polonia, en total un ejército de 85.000 soldados a las órdenes de Juan III
Sobieski, rey de Polonia, lucharon contra el ejército turco dirigido por
el gran visir Kara Mustafá que contaba con 125.000 soldados con los que había
conseguido sitiar la ciudad de Viena durante casi dos meses. El día 12 de
septiembre del año 1683, en la llamada batalla de Kahlenberg, las tropas
imperiales lograron vencer al ejército otomano liberando la ciudad de
Viena del asedio de las tropas turcas.
La
desordenada retirada de las tropas turcas dejó a las milicias victoriosas
con valiosos tesoros que los turcos tuvieron que ir dejando atrás. Entre
estos tesoros los turcos dejaron 25.000 tiendas de campaña, 10.000 bueyes,
5.000 camellos, una gran cantidad de oro y muchos sacos de café, algo que
hasta entonces era totalmente desconocido para los vieneses y por supuesto para
toda Europa por ello al principio querían quemarlos ya que pensaban que estos
sacos con unos granos extraños eran alimento para los camellos.
Según
cuenta la leyenda, el rey polaco Jan III Sobieski concedió los sacos a uno
de sus oficiales de origen polaco llamado Jerzy Franciszek Kulczycky(traductor,
mensajero imperial y hombre de negocios) quien gracias al café otorgado por el
Rey fundó la primera cafetería vienesa llamada “Zur Blauen Flasche“ (“La
botella azul”). Después de hacer varios experimentos con el café, pensando en
algunos de sus clientes a los que el sabor del café por sí solo no les
terminaba de gustar, añadió un poco de azúcar y leche, y de esta
manera surgió la tradición del café vienés.
No cabe duda de que esta
leyenda es la historia del nacimiento de una de las bebidas más consumidas en
todo el mundo, el siempre deseado café con leche, y también el principio
de todos aquellos otros cafés que en su elaboración incorporan leche, espuma de leche, nata montada, nata semimontada, nata
liquida, leche condensada, etc.
Fuente: http://www.barexpres.com/
Ingredientes para 2 cafés:
-
50 gr. de nata
-
15 gr. de azúcar avainillado
-
Café en grano. La cantidad depende del cestillo de nuestra
cafetera, en mi caso, 12
gramos para 1 expreso y 16 para el cestillo de dos cafés.
Evidentemente, podemos utilizar café molido o de capsulas.
-
Cacao en polvo
Elaboración:
Para crear
la crema chantilly, seguir los pasos de la receta de Fresas con Crema Chantilly. Yo metí la crema en una manga pastelera, pero no es necearlo.
Reservarla en el frigo mientras hacemos el café.
Elaborar el
expreso. Hay recetas en la que se opta por un café expreso doble.
Añadir el
chantilly al café con cuidado de hundirlo lo menos posible. Espolvorear un poco
de cacao por encima.
Servir
enseguida.
Notas:
Veréis
este tipo de café, en muchos bares, con la crema súper pomposa y muy bonita
sobresaliendo del vaso y sin hundirse en el café….., normalmente es nata y de
bote, no casera. No pasa nada si pierde un poco de esponjosidad al contacto con
el café caliente, es perfectamente valido, podéis ver
fotos en internet del café vienes igual que las de esta receta.
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