La panna
cotta es uno de los postres más famosos de Italia.
Recuerda al flan, pero su sabor es más lácteo y tiene
una textura más parecida a la de la gelatina que a la del flan.
Se prepara con nata, azúcar y gelatina. Después, se puede
enriquecer o aderezar con cacao, mermeladas, coulis de frutas, frutos secos,
miel…..
Ingredientes para dos:
-
200 ml. De nata de cocinar
-
1 cucharada de azúcar
-
1 hoja de gelatina o 1.5-2 gramos si es en polvo
-
1 cucharadita de cacao en polvo
-
2 cucharadas de mermelada de fresa
Elaboración:
Poner a
hidratar la hoja de gelatina durante 15 minutos en agua fría. Si es en polvo,
ligarla bien con un poco de la nata fría en un cuenquecito.
Calentar
bien la nata sin que llegue a hervir, momento en el que retiraremos del fuego y
acto seguido, añadiremos el azúcar y cacao. Remover hasta diluir bien.
Si la nata
ha perdido mucha temperatura, calentar un poco más.
Añadir la
hoja de gelatina escurrida o la que tenemos diluida en nata si es en polvo.
Remover hasta diluirla bien.
En el fondo
de las flaneras o recipiente que elijamos para la panna cotta, añadir una
cucharadita de mermelada. Rellenar con la preparación.
Dejar
templar, tapar y meter al frigo durante 5 horas mínimo.
Desmoldar
en un plato y aderezar con otros ingredientes si queremos.
Servir.
Notas:
La cantidad
de gelatina es muy importante, pues si añadimos demasiada nos quedara una
gelatina y si nos quedamos corto no cuajara lo suficiente. Esta es la esencia
de la panna cotta, su textura.
En mi caso,
opte por unos moldes difíciles de desmoldar, por lo que la presencia no fue la
mejor. Bastaría con unos vasitos de plástico, que a la hora de desmoldar,
podamos pinchar en el culo para que salga con facilidad.
Éste postre
tiene un alto aporte calórico, por lo podríamos optar por utilizar mitad de
nata y mitad de leche entera. En este caso, tendríamos que añadir un 50% más de
gelatina.
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