viernes, 21 de marzo de 2014

Confit de Pato con Panaderas


Probablemente la variedad salvaje ánade real, de la que descienden los patos domésticos o de granja, fue domesticada en las tierras del norte de Europa, Asia, Egipto y Norte América hace más de 2.000 años (los egipcios engordaban estas aves para obtener el foie de su hígado).
           Las primeras referencias escritas que han llegado hasta la actualidad corresponden con el libro De re coquinaria de Apicio, gastrónomo y escritor romano del siglo I d. C. donde se habla de la elaboración de diferentes recetas con esta ave.
       En la actualidad la cría y consumo del pato se encuentra extendida por la mayoría de territorios mundiales, a excepción de la Antártida y un buen número de islas.
           Una de las características más significativas de la carne de pato es su alto índice calórico si se ingiere con piel, ya que en ella se acumula mayor cantidad de grasa.
        En el pato destacan las vitaminas hidrosolubles del grupo B, resaltando la tiamina, niacina, B12 y riboflavina. Entre los minerales contiene porcentajes representativos de fósforo, hierro y cinc.
        En España se crían actualmente unos 2 millones de patos, repartidos en granjas de Cataluña, País Vasco, Navarra y Castilla León. El 80% de ellos se destina a la obtención del hígado para elaborar patés y foie, mientras que del 20% restante se aprovecha la carne
           Son los franceses y chinos los que quizás, más valoran esta carne y hacen mas uso de ella en su gastronomía. Yo propongo esta sencilla receta para un primer contacto con esta carne, en la que apreciaremos todo su sabor.

Ingredientes:
-         2 muslos de pato confitado en conserva.
-         Patatas
-         Cebolla
-         Pimienta
-         Sal y aceite


 Elaboración:
            Escurrir los muslos de pollo y reservar el aceite o grasa de la lata.
            Cortar la patata en rodajas de unos 5 milímetros. En una sartén con un poco de aceite de oliva virgen y la misma cantidad de grasa de la lata del confit, empezar a freír las patatas a fuego lento-medio.
            Mientras, hacer la misma operación con la cebolla.
            En un recipiente refractario untado con un poco de grasa de la lata del confit, poner una capa de patatas y encima otra con la cebolla. Salpimentar y poner encima los muslos de pato.
            Con el horno precalentado a 180º, meter el preparado y mantenerlo hasta que se dore, subiendo la temperatura los últimos minutos a 250º parar tostar los muslos un poco.
            Servir.

Notas:
            Se pueden hacer 2 capas de patatas y cebolla si se prefiere. En este caso yo las metería sin el pato unos minutos al horno.
            Se puede añadir un correoncito de vino blanco por encima de las patatas antes de meterlo al horno.
            El confit, básicamente, consiste en cocinar los alimentos con una gran cantidad de aceite y agua a baja-media temperatura, de manera que en vez de freírse el alimento, se cuece. Después se conserva en la propia grasa por mucho tiempo. En el caso del confit de pato, también podría cocinarse con la propia grasa del animal. Ver más sobre este tema en la receta de alitas de pollo confitadas.



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