Receta muy
conocida en aquellos lugares donde la matanza es tradición. Antiguamente, era
una buena receta pues su conservación era muy larga, ya que se cocinaba en la
propia manteca del cerdo, la cual se utilizaba después para conservar la carne
en la orza, recipiente de barro utilizado para estos menesteres.
En este
caso y en la evolución o variante de la receta, se sustituye la manteca por
aceite.
Además de por lo bueno que esta
el lomo de orza, esta receta es muy socorrida pues se conserva durante un
periodo de tiempo bastante largo, hasta meses.
Ingredientes:
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1 lomo de cerdo de 1,2 kg aprox.
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2 ñoras
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6 ajos
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2 limones
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15 pimientas enteras
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3 hojas de laurel
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1 cucharadita de orégano
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1 cucharadita de comino
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1 copa de vinagre de jerez
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2 clavos
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1 puñado de sal
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Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
Cortar el
lomo en trozos de unos dos dedos de ancho, por lo que saldrán como 4 o 5
trozos. Reservar.
Hervir las
ñoras un par de minutos en agua, refrescar y picar desechando las semillas y el
rabito. Reservar.
En un
mortero, colocar los ajos troceados, la pimienta, el orégano, comino, clavo,
las ñoras y la sal. Machacar bien, añadir el vinagre y volver a machacar.
Mezclar junto con el zumo de los limones.
Embadurnar
la carne en el adobo y colocarlo en un recipiente idóneo para macerar. Verter
por encima el adobo. Tapar bien y reservar en el frigorífico 24 horas. Lo ideal
es que la carne quede totalmente cubierta por el adobo, por lo que si vemos que
el adobo será insuficiente para cubrirlo, se le puede añadir un poquito de
agua.
En mi caso,
al disponer de la envasadora al vacío, utilice el recipiente para macerar, que
permite reducir el tiempo de maceración considerablemente. Aunque con 4 o 5
horas hubiese tenido suficiente, decidí tenerlo 12 horas.
Escurrir
bien el lomo, secándolo un poco incluso con papel. Reservar el adobo, no
tirarlo.
En una
cacerola con un tamaño justo acorde a la cantidad de carne, colocar el lomo y
cubrir con aceite. Subir el fuego y cocinarlo a fuego bajo hasta que este hecha
la carne, la cual no debe quedar ni siquiera dorada, pues no hay que dejarla
seca.
Escurrir la
carne y dejarla templar en un plato.
En el mismo
aceite, incorporar las especias del adobo, que habremos escurrido bien con
ayuda de un colador. Poner al fuego y freír las especias a fuego medio hasta
que observemos que ha desaparecido toda el agua, unos 5 minutos. Reservar y
dejar enfriar el aceite.
Colocar el
lomo en el recipiente donde lo conservaremos, el cual debe permitir que al
añadir el aceite quede totalmente cubierto, por lo que la carne debe quedar un
poco ajustada en el recipiente. Cubrir con el aceite ya templado, pasándolo por
un colador para que no pasen las especias.
Reservar en
el frigorífico, donde se conservara bastante tiempo.
Notas:
Para servirlo,
es preferible hacerlo en lonchas finas, pero primero, lo habremos sacado un
rato antes para que se atempere. También podremos mojar un plato con agua,
meterlo dos minutos en el microondas a máxima potencia, lo que permitirá que el
plato coja temperatura, cuidado de no quemarnos al cogerlo, colocar las lonchas
en el plato para que le transmita calor y regar con un poco del aceite de la
conservación.
Nunca
calentar las lonchas de lomo en el microondas o lo secaremos arruinando todo el
trabajo.
Yo suelo
añadir por encima un poquito de mojo verde. Queda delicioso.
Aunque
parezca complicado, es una receta muy sencilla y quizás el paso más delicado,
es cuando se fríe el lomo, pues no debemos hacerlo en exceso.
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